EL
PROCESO DE LA
MEDITACION
Concepto de Dharana.
El término yóguico para concentración es Dharana, que significa“mantener la mente
en un punto”. En la tradición yóguica, Dharana
pertenece a las etapas internas del Raja Yoga y constituye el camino de la
disciplina mental. Dharana sigue a la
etapa de Pratyahara, en la cual la
mente se retira de los objetos sensoriales externos, y se interioriza. Una vez
que somos capaces de crear esta diferenciación o distinción entre la conciencia
sensorial y la conciencia mental, se puede dirigir la mente para que ahonde en otros
estados en los cuales Dharana se
intensifica. En la medida en que esta se profundiza y cuando hay una total
ausencia de conciencia sensorial, es cuando Dharana
aparece.
Intensidad
de la experiencia.
En su aspecto positivo Dharana es la profundización de la consciencia en la cual se pierde
el concepto de tiempo, donde se pierde la consciencia objetiva y sólo la
consciencia del espacio permanece. Cuando hay una desconexión entre los
sentidos y la mente, cualquier cosa que se manifieste internamente en Dharana se hace más intensa y poderosa.
Hay mucha gente que se pone muy emocional cuando entra en estados profundos de
meditación. Estos arrebatos emocionales a menudo se atribuyen a una clase de
bloqueo mental, psicológico o emocional, aunque más allá de esto existe otra
razón. De acuerdo con el yoga, se puede llegar a una experiencia muy intensa en
un momento dado cuando un pensamiento, idea, o sentimiento, se experimenta con
intensidad de manera inconsciente en las capas más profundas de la mente sin la
distracción de los sentidos. Tal estado de arrebato emocional es también un
estado de Dharana. Cuando ese
arrebato emocional tiene lugar, lo relacionamos con algún evento, situación,
circunstancia o experiencia del pasado. Los recuerdos de la infancia salen a la
superficie; imágenes de tiempos felices o tristes que hemos tenido en la vida,
nos asaltan y nos dejamos llevar por la fuerza de esos sentimientos. Esa es la
reacción externa que tiene lugar en la meditación cuando la mente no tiene en
qué apoyarse. Por eso es bastante común ver gente en el estado de Dharana llorando, expresando sus emociones,
y pasando por diferentes y espontáneos sentimientos físicos. En el estado
interno también hay un control inconsciente del prana, en tanto en la
meditación ese control no existe. No hay control sobre el prana. La conexión
mente- cuerpo se rompe y el prana empieza a moverse y a fluir espontáneamente.
Cuando tiene lugar esta desconexión, el prana se libera. Los conceptos mentales
se liberan de los condicionamientos del cuerpo, el ambiente, y hasta de la
mentalidad local.
Intensidad de la
concentración.
Lo importante aquí es mantener la mente fija en
un solo punto. Puede usarse cualquier punto de concentración tal como un mantra, símbolo, pensamiento, idea, o forma.
A la concentración intensa se la considera generalmente como Dharana. En el momento de la meditación,
si hay oscilación de la mente, no se experimentará la concentración. Dharana es un estado en el cual hay
fijación total en un punto. Puede llegar sola por un segundo después de mucha
práctica. Si intenta practicar meditación con una mente oscilante, que se mueve
de un lugar a otro mientras pensamientos e ideas diferentes vienen y van, no
hay meditación o Dharana, ni si
quiera Pratyahara, puesto que hay
demasiadas oscilaciones y distracciones. Así es que cerrando los ojos y
tratando de fijar la mente en una imagen no es suficiente. A los sentidos, a la
mente, y también a las facultades mentales debe dárseles un entrenamiento
apropiado, el cómo y cuándo manifestarse o no hacerlo, para así perfeccionar Dharana y llegar al estado de Dhyana o meditación.
Aproximación a la
meditación.
En el “Raja Yoga Sutra” de Patánjali
(Samadhipada: 14), hay un Sutra que describe el proceso de meditación:
“Esa práctica se
establece con firmeza cuando se continúa por un largo tiempo con reverencia y
sin interrupción”
Este es el Sutra principal, que debe enseñarse
a todo aspirante. Se requieren 3 cualidades para el logro o cabal cumplimiento
de cualquier sadhana, ya sea ésta
espiritual o material. 1°- Fé o
convicción : así se esté trabajando en
una fábrica, tendrá que tener la convicción de que a través del trabajo
obtendrá su meta. Sin esa convicción no habrá motivación para hacerlo. El mismo
principio se aplica a la práctica de Dharana.
Deberá existir fé o convicción en que: “sí, a través de la práctica
alcanzaré mi meta”. Si toma mucho o poco tiempo es irrelevante.
2°- Continuidad o regularidad : cuando
sienta que su necesidad se colma con una sadhana
particular; entonces intente practicarla regularmente. Durante el período de la
práctica intente ignorar cualquier distracción que le salga al paso. Una vez
que se ponga en camino, el tiempo que gaste en llegar a su destino depende de
la continuidad. La continuidad sin interrupciones es necesaria para alcanzar el
beneficio completo de la práctica. Desde el comienzo debe entenderse que
practicar una vez a la semana, y no hacerlo los seis días restantes, es como
dar un paso adelante y seis atrás. ¿Cómo espera de esta manera progresar? Por
tanto, en la práctica de la meditación debe haber continuidad y regularidad.
3°- Practicar por un período largo de tiempo
: Si tenemos que hacer algo por largo
tiempo tendemos a aburrirnos y perdemos interés. En la consciencia externa la
mente sigue a los sentidos, pero cuando estamos internalizados, con los sentidos
siguiendo a la mente, entonces el factor tiempo no es importante. Por lo tanto,
debemos comprometernos con la práctica de la meditación, sin impaciencia ni
expectativa de logro, durante un cierto período de tiempo. También tiene que
considerar que su aproximación a la meditación empieza como si fuera una oruga
que se mueve desde la hojita de un árbol enorme hasta llegar a otra hoja.
Llegar al centro de ese árbol será el objetivo eventual, pero al comienzo no
puede ir directamente al centro. Para hacerlo se requiere una clase diferente
de consciencia. Debe empezar a gatear desde donde se encuentra, como la oruga
para quien la hoja es su mundo. Cuando pasa la hoja, alcanza una ramita
diminuta que se conecta con otra rama más grande, la que a su vez se conecta
con el tronco que desciende a la raíz. Nuestra mentalidad, nuestras
experiencias, nuestra vida, nuestro mundo, son nuestra hoja a la que estamos
mordisqueando. De hecho, somos la oruga alimentándonos de nuestra propia hoja.
De esta hoja debemos ir al tronco y eventualmente horadar un hueco en el
centro. Este es el proceso de meditación.
SWAMI NIRANJANANANDA SARASWATI
miriam mato fotos
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