23 de enero de 2013

COMENTARIOS SOBRE LOS YOGA SUTRA DE PATANJALI (II)


NATURALEZA  DE  LA  MENTE

Patanjali afirma con claridad el punto de vista yóguico cuando dice que la mente no puede ser la fuente de la consciencia porque también se puede percibir como un objeto. La mente no se ilumina a sí misma. El yoga y el pensamiento moderno concuerdan en muchos factores relativos a la mente. Según la psicología de Jung, la mente se puede clasificar en tres dimensiones diferentes: consciente, subconsciente, e inconsciente. 


Instancias estas que se pueden correlacionar con la terminología yóguica de la siguiente manera:

1-Mente consciente: Sthula (dimensión burda). Jagrit (estado de vigilia).                                          Pensamiento superficial y percepción del mundo exterior.

2-Mente subconsciente: Sukshma (dimensión sutil). Swapna (estado de sueños).                           Memoria individual. Samskaras (tendencias mentales).

3-Mente inconsciente: Karana (dimensión causal)                                                                                  Sushupti  (estado de sueño profundo)                                                                                                      Memoria y Samskaras cósmicos y colectivos.

Estas dimensiones contienen aspectos instintivos, intelectuales, psíquicos e intuitivos del ser humano. El propósito del yoga de Patanjali es explorar estas diferentes esferas mentales de tal forma que se las pueda conocer. El objetivo es proceder del consciente, al subconsciente, y luego al inconsciente. 

Vyasa, uno de los comentadores más profundos de los “Yoga Sutras”, quien probablemente vivió hace 2000 años, de hecho dividió y clasificó la mente subconsciente y la inconsciente en siete aspectos a saber:

*Samskaras inhibidos :  impresiones mentales generadas por represiones individuales.

*Samskaras que llevan a actuar de una manera específica : estos recuerdos pueden ser prenatales y determinar acciones, enfermedades, talentos, y demás. Este es el aspecto hereditario del hombre.

*Datos de recuerdos de eventos pasados que yacen latentes e inexpresados : ocultos y almacenados en el inconsciente colectivo más allá de las limitaciones normales del rango de atención individual.

*Reflejos instintivos que controlan el funcionamiento vegetativo del cuerpo físico y del cuerpo pránico : no aprendemos a digerir el alimento; la habilidad ya está preprogramada en la mente individual.

*Prana (energía bioplasmática) : la mente misma, sin importar cuan sutil o cuan burda sea, está compuesta de prana. El prana también es el medio para que la mente desempeñe acciones de acuerdo con los pensamientos.

*Fluctuaciones innatas de la mente : por su misma naturaleza la mente está diseñada para cambiar según los ritmos cósmicos.

*Poderes psíquicos : poderes supranormales tienden a ocurrir en el dominio del inconsciente colectivo o de la mente cósmica.

Todos los secretos del universo están en la mente. Contiene todo el conocimiento que ha existido, existe ahora, y que va a existir en el futuro. Se expresa de capa en capa de lo más sutil hasta lo más burdo. El propósito del yoga de Patanjali es eliminar progresivamente las restricciones existentes y los velos de la mente individual, para explorar y descubrir su potencial inherente y, de manera gradual, hacer de la mente individual un instrumento perfecto  y un reflector de la mente cósmica de la cual hace parte. El objetivo del yoga de Patanjali y de otras formas de yoga, es ir más allá y dar un salto dentro del abismo de la no-mente : la Supraconsciencia .


PODERES PSÍQUICOS O SUPRANORMALES 

Los poderes psíquicos son llamados “Siddhis”  en Sánscrito. Incluyen: telepatía, clariaudiencia, clarividencia, premonición; y una amplia gama de poderes menos conocidos. Suceden por medio de dimensiones de la mente que están más allá del individuo.
Los Siddhis emergen del inconsciente colectivo en donde cada persona, cada mente individual y cada cosa, están íntimamente conectadas con todo lo demás. Pueden suceder en el pasado, en el futuro, y hasta en dimensiones más allá del espacio-tiempo; pero sin importar cuan maravillosas parezcan, siguen siendo solamente expresiones de la mente. El propósito del yoga no es desarrollar Siddhis, sino lograr la realización de la propia naturaleza. Los Siddhis son solamente paisaje pasajero que con seguridad emergerán a medida que la mente se vuelva más pura y se focalice más.  Debe desprenderse de ellas sin ninguna compasión. En el camino del yoga, las tentaciones se vuelven cada vez más sutiles. Es difícil resistir la tentación de jugar con los poderes psíquicos, pero si lo hace, entonces se estrellará y pagará un castigo muy fuerte por su indiscreción. Todos los grandes santos, yoguis y demás, hablan de sus batallas contra la tentación, entre ellos están Buda y Cristo. Afortunadamente estos Siddhis rara vez emergen en una mente egoísta. Si lo hiciesen entonces sería el caos total en la mente y en las dimensiones más sutiles de la psiquis. Así que, no practique yoga para obtener Siddhis; primero satisfaga sus deseos en el mundo físico que es más seguro.


EL SUBLIME SISTEMA PSICOPSIQUIATRICO

La mayoría de los sistemas psiquiátricos modernos se ocupan principalmente de lograr la “normalidad” en el individuo, cualquier cosa que quiera decir este término. El yoga de Patanjali también intenta lograr esta normalidad, pero va mucho más allá. Su objetivo es permitirle al individuo explorar todos los diferentes niveles mentales para ocasionar la realización de sí y obtener entonces la libertad perfecta. El yoga de Patanjali se puede denominar “el más sublime sistema psicopsiquiátrico” hacia el que todos los demás eventualmente volverán la vista en busca de guía; y sin embargo contiene menos de 200 versos y fue escrito hace miles de años. 

Patanjali describió brevemente las técnicas básicas que la psiquiatría moderna utiliza en terapia. Aparecen en los versos (1:32-39):
El verso 32 sugiere el desarrollo de un interés intenso en una cosa, esto puede ser un hobby o un trabajo, y constituye terapia ocupacional. El verso 33 sugiere el desarrollo de actitudes positivas hacia los demás. Esto involucra algo de autosugestión que un psiquiatra le puede impartir a su paciente. El verso 34 sugiere el control de la respiración. La relación entre las turbulencias mentales y la respiración irregular es bien conocida, se puede utilizar la respiración profunda para inducir la tranquilidad mental. Los versos 35 y 36 recomiendan la concentración en la percepción sensorial. Esto puede incluir musicoterapia, masajes y demás, que pueden traer rápidamente la calma mental. El verso 37 sugiere que debe reflexionar en una persona que haya alcanzado niveles elevados de consciencia. Específicamente se refiere a un yogui o un gurú, pero también se puede aplicar al psiquiatra; de hecho la mayoría de las terapias modernas dependen casi completamente de la confianza del paciente en el terapeuta. Sin esta confianza no puede haber un tratamiento exitoso. El verso 38 sugiere terapia de sueño, la cual se encuentra casi en los cimientos de algunos sistemas psiquiátricos modernos. Finalmente, el verso 39 recomienda la meditación; la psiquiatría moderna ha comprendido recientemente la importancia de esa forma de terapia. Todos estos métodos ayudan a purificar la mente y permiten que los recuerdos emerjan a la superficie hasta agotarlos.

Patanjali dice:
Las tensiones básicas de la mente (que ocasionan desdicha) son ignorancia de la verdad, egoísmo, apego, aversión, y miedo a la muerte”  (2:3)    este verso resume toda la causa de la infelicidad. El verso siguiente define la implicaciones tras estas tensiones básicas:
La ignorancia de la realidad es la tensión raíz a partir de la que emergen las demás tensiones; las tensiones pueden estar latentes, ser leves, dispersas, o manifiestas.”  (2:4)

Patanjali explica que la raíz causal de la desdicha, ya sea consciente o inconsciente, es la ignorancia de la real naturaleza propia. Hasta que no conozca la esencia del propio ser, siempre habrá tensión y desdicha de una u otra forma.

Patanjali define las tensiones, de acuerdo con el nivel en el cual actúan; estas son:
1-     Latentes : (Prasupta) . Enraizadas profundamente en la mente subconsciente, y de las que todavía no se está consciente. Se las confrontará a medida que la percepción se vuelva más profunda a través de la práctica de yoga.
2-     Leves : ( Tanu). Tensiones menores e insignificantes.
3-     Dispersas :( Vichchhinna). Tensiones que ocasionan neurosis, fobias, depresión, y demás en la vida. El yoga eventualmente resolverá esas tensiones al permitirle aceptarse a sí mismo y armonizar sus impulsos.
4-     Manifiestas : ( udara). Tensiones conscientes que se pueden reconocer claramente en las interacciones cotidianas.

Entonces estas tensiones abarcan el espectro de lo burdo a lo más sutil. ¿Cuál es la tensión fundamental que se denomina ignorancia?  Patanjali la explica en el verso que sigue:
“Se puede definir la ignorancia como la consideración de lo perecedero como imperecedero lo impuro como puro, la infelicidad cono felicidad, y el no-ser como ser). (2.5)

Esta ignorancia es la falta del conocimiento del Swaroopa (nuestra real naturaleza). Esto es el núcleo de la causa de la infelicidad. Esta ignorancia se deshace lentamente a través de la luz del entendimiento que emerge de la práctica regular y persistente del yoga. La mente misma es una fuente de ignorancia, pues trabaja bajo el principio de la separación y de las diferencias. La ignorancia se disuelve lentamente al obtener mayor visión sobre la naturaleza de la mente y al ir eventualmente más allá de ésta. Cuando se logra el Viyoga (separación) de la consciencia del cuerpo-mente, entonces se está desplazando en dirección al rompimiento de la ignorancia básica, y a su vez, de todas las causa menores de desdicha. La ignorancia conduce al egoísmo. Esto se explica en el verso siguiente:

“El egoísmo se puede definir como la equivocada identificación de Purusha (el observador) con el instrumento del cuerpo-mente.”  (2:6)

Las personas se identifican erróneamente con su cuerpo-mente, esto produce un sentido de individualidad muy fuerte. Cada persona intenta imponer su voluntad sobre otros para obtener una ganancia egoísta. Busca gratificación personal a toda costa. El precio generalmente es la frustración y la desdicha, pues el ego nunca puede quedar completamente satisfecho. El sentido de ego conduce a la aversión y al apego hacia las cosas del mundo:
“El apego se puede definir como la absorción en los placeres del mundo. La aversión se puede definir como la repulsión hacia las cosas del mundo”. (2:7-8).

Estos gustos y rechazos conducen al miedo a la muerte, pues se desea continuar con el status quo del placer y de la individualidad. Patanjali dice:

“El miedo a la muerte es una fuerza inherente y dominante en todas las personas, inclusive en aquellas que son muy instruidas” (2:9)

Esta cadena causal de tensión y de desdicha es muy racional. La ignorancia conduce al egoísmo; el egoísmo conduce a las atracciones y aversiones; y estas conducen al miedo a la muerte. La remoción de esta ignorancia básica y de todas las demás tensiones conduce a la felicidad perfecta. ¿Cómo se puede hacer eso?

“Estas causas de desdicha se deben aniquilar a través de la meditación, resolviéndolas en su fuente y deshaciéndose de los estados mentales asociados”  (2:10-11)

Entonces la tensión se puede eliminar con la exploración de la mente a través de técnicas de meditación. Estos pocos y breves versos resumen la naturaleza de los problemas mentales, las tensiones, la desdicha, y el método para eliminarlas. Se podría escribir toda una enciclopedia para elucidarlas; se podría desarrollar todo un sistema psiquiátrico en torno a ellos. El yoga de Patanjali intenta enfrentar la mismísima fuente de la insatisfacción humana; cualquier otro enfoque solamente puede arañar la superficie del sufrimiento humano. Patanjali ofrece un insight sobre la causa básica; sin este insight ¿cómo podría curar la desdicha? Por lo tanto, los Sutras definen las causas y después indican cómo eliminarlas. Es solamente de esta manera que se puede encontrar la felicidad que yace más allá de la fantasías.
Patanjali ha escrito un tesoro de conocimiento en unos pocos miles de palabras.

  
                                            SWAMI  SATYANANDA  SARASWATI